viernes, 22 de marzo de 2013

la luz y la oscuridad

La luz al final del túnel…

Hace algún tiempo vengo meditando en los profundos cambios que se generan en el interior de las personas al abrigar un sistema de creencias tan integral como el cristiano cuando se adopta en sintonía al evangelio; nunca he dudado de lo positivo de seguir a Cristo tanto individual como colectivamente, ya que los ejemplos de mejoras en la sociedad cuando se ciñen a principios bíblicos son innegables y sus agradables consecuencias se ven durante varias generaciones.

Nunca olvidaré los importantes preceptos que “debí” estudiar y memorizar de niño en la escuela dominical, lo cual si soy completamente honesto no fue muy agradable en su momento al ver a mis amigos jugar mientras yo era obligado a asistir a un grupo de enseñanza cristiana; Claro está, lo que quieren los niños no siempre es lo que necesitan, lo que busca un buen Padre no es saciar una necesidad momentánea de entretención, sino entregar algo que sea valorado a lo largo de toda la vida.

Convencer implica un acto de autoridad-sumisión entre el sujeto y el argumento…mas fuerte fuiste que yo… y fuiste impelido a aceptar y recibir con una fuerza que hasta ese momento no conocías, con una luz que jamás imaginaste que existía y que menos llenaría tu corazón y desde la aparente invencible oscuridad en que te encontrabas va naciendo un tímido rayo de esperanza mientras te afirmas en la roca y te fortaleces con cada palabra que lascera tu corazón y lo hace trizas, la esperanza nace como un niño y la fe crece; aquello que pasabas por alto como cotidiano ahora es un milagro divino digno de una cátedra de teología.

Los pensa mientos se agolpan esperando salir y bendecir al espíritu que le ha dado vida a aquello que estaba muerto y ha resucitado, perdido estaba y ha sido halladdo, el ser completo y con él la comunión que nunca debió ser extraviada retoma el camino al Padre. Las cosas cobran un sentido y prioridad distintas, impensadas sin la ayuda del eterno, la vida ingobernable aún para ti mismo ahora toma un rumbo conocido y un claro destino, aquello que buscabas en último lugar, de pronto tiene lugar preeminente en una oración, ahora tienes un lugar íntimo en tu fuero interno tan valioso como la vida misma y esperas que jamás se apague esa llama que lo ilumina y que es capaz de hacer todo lo que imaginas.

Ahora sabes quién eres y porque estás en este mundo, sabes lo que haces y porque lo haces, has aprendido a oír la voz del eterno e ir redescubriendo la sintonía con ella tan única, casi criptográfica. De pronto la vida está en orden y las cosas claras…aunque nada tengas, todo lo tienes en Cristo, aunque la oscuridad avance y los problemas crezcan como un Goliat, puestos a la luz de Cristo y con el sutil y determinante aroma de la oración te revistes de poder y dices: todo lo puedo en Cristo que me fortalece!!!.

Todo acontece en la arena del espíritu humano, las mas grandes lides se desatan en el interior del ser, quien tiene la autoridad de vencer, permitir o dejarse vencer de acuerdo a voluntad. El poder de una palabra… Como diría Neruda “todo está en la palabra” razón tenía en esto, si lo dijo unos de los mas insignes poetas que el habla hispana haya forjado no debiéramos desatender la determinación implícita en esta frase; la composición de sonetos y poesías sin duda consigna una relación estrechamente única con el espíritu humano y por ende con el neuma de la sociedad, quienes son artistas de la palabra inequívocamente trabajan con el espíritu del ser humano, jamás podríamos aseverar lo contrario pues la reacción que generan las palabras en las personas están ligadas a las motivaciones profundamente arraigadas a los diálogos internos, a las pasiones, al intelecto, a la razón y a la ausencia de ella, a todo anhelo comprensible y los deseos ocultos, al ego y la miseria, al odio y el perdón, a la vida y la muerte ¡que cosa mas poderosa que la palabra y el arte de trazar sonidos con significado!

Como si las palabras quedaran grabadas en la sangre remiten su trascendencia por décadas encontrando siempre asidero en los recuerdos. ¿Cuán grandes cosas podemos hacer motivados por una palabra dicha como conviene y quién podría ponerle precio a una palabra dicha en el momento oportuno?. A través de la palabra podemos encontrar la libertad, el camino, la verdad o la vida, pero también la esclavitud, la confusión y la muerte, dependiendo de la veracidad del interlocutor.

Cuando La Religión tiene el Poder, entonces, esto quiere decir que los hombres solo utilizan su posición dentro de este sistema de creencias para lograr otros intereses; cuando la religión tiene el poder te dicen que y como pensar, que decir, como vestir, que comer, donde ir, etc. ; entonces la luz al final del túnel que te enseñó un mundo que no conocías tiene un peaje que necesitas pagar a los hombres que constituye un módico precio por el bien recibido. y separó las tinieblas de la luz...

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